Biblioteca - Tengyur - Vinaya
upāsaka-saṁvara-aṣṭaka
Los ocho votos Upasaka
¡Me postro ante todos los Iluminados y bodhisattvas!
Habiendo recibido el movimiento para tomar refugio en las Tres [Joyas] de un sabio o maestro-gurú que cumple los votos, en la medida de lo posible aléjate de matar a los que viven, de robar, de la conducta perversa, de las palabras falsas y de beber vino. Alejarse de las palabras mentirosas de acuerdo con el ritual de las ramas perfectas [de hacer votos], darse cuenta del alejamiento de otras acciones con tales defectos. Explicar cómo apartarse.
Además, puesto que son extremadamente humildes, la mente que por esta razón se ha alejado de las acciones malsanas del cuerpo y de la palabra, [realiza] acciones virtuosas. Por lo tanto, uno alcanza [la realización de la buena disposición] cuando se aparta de mirar con una mente codiciosa o dañina. Tal es la esencia de la explicación de los votos de las cinco ramas, puesto que uno desea realizar la entrada [en ellas].
Matar a un hombre, robar cosas, actuar con las mujeres totalmente realizadas y otras mujeres como propias, y pronunciar palabras falsas son causas de daño a los votos.
Vuelve a aceptar los votos que [se adquieren] por la propia persona que es como tal. Realiza el arrepentimiento, que corresponde a otras [acciones]. Asóciate también de manera correcta con los conocedores. Permanece en la disciplina moral de los votos que son como tales. De acuerdo con la fuerza en relación con la inmersión [en los votos], manifiesta devoción. A través de tal conexión, se otorgarán tantos frutos variados. Realiza la conexión con diligencia en ellos. E incluso deseando [alcanzar] una existencia feliz, en la causa [de los votos, que es igual a] el brote del mijo, ve en consecuencia la semilla del árbol salu.
Así concluyen los ocho votos upasaka recopilados por el gran acharya Sunayashri. Traducido por el propio Mawanpo desde la India y el monje traductor Darma Drag.
Traducido por Lama Karma Paljor (O.E. Filippov).
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El ritual de los diez entrenamientos
Acharya, por favor, ¡piensa [en mí]! Este <nombre> desde este momento hasta el corazón de la iluminación viene a refugiarse en el Bendito que todo lo ve y todo lo sabe, el Iluminado, ¡el más elevado entre los bípedos! Asimismo, me refugio en la Enseñanza, ¡la más elevada entre todas las que están libres de pasión! Me refugio en la Buena Asamblea, la más elevada entre las asambleas.
Decidlo tres veces, dos veces cada uno. Éste es el ritual de refugiarse.
Acharya, por favor, ¡piensa en mí! Este <nombre>, desde este momento hasta que salga el Sol mañana, se abstendrá de cortar su vida, de robar las joyas de otras personas, de comportamiento impuro, de palabras falsas, de vino de cereales, de vino fermentado, de lo que causa intoxicación, de estado de inmoralidad, de comer a destiempo, de sentarse en lo alto, de sentarse en lo alto, de canciones y bailes, de sonidos de música, de guirnaldas, de perfume, de llevar joyas y [ropas] de colores. Practicaré siguiendo el entrenamiento de los nobles y los arhats. Practicaré siguiendo la práctica de los nobles.
Pido al acharya que me ayude a permanecer en la purificación y la restauración por el bien del adorno de la mente, por el bien de las cosas de la mente y por el bien de adquirir plenamente la esencia del Iluminado como meta suprema.
Del mismo modo, repite tres veces dos veces cada una. Tal es el ritual de las ocho ramas del [ayuno] de un día y los votos de restauración y purificación [sojong, poshadha].
Acharya, por favor, ¡piensa en mí! Este <nombre> desde este momento en adelante hasta que llegue al corazón de la iluminación, en la medida de lo posible, renuncia a la cesación de la vida, se aleja de la cesación de la vida. Del mismo modo, uno se aparta de tomar lo que no es dado, de las relaciones sexuales pervertidas debido al deseo, del falso discurso, de la calumnia, de las palabras groseras, del discurso incoherente, de la mente codiciosa, de la mente dañina, ¡de la falsa visión!
De la misma manera, repite tres veces dos veces cada una. Tal es el ritual de los diez entrenamientos.
Proclamado por el propio Nagarjuna. Traducido por el traductor de Tseethang Shonnui Shab.
Traducido por Lama Karma Paljor (O.E. Filippov).